Esta denuncia proviene de una plática en campo a la señora Guadalupe Estrada, quién trabajó en las plazas Outlet para la empresa Marsel por dos años, en ella me comentó algunos detalles por los que dejó su trabajo junto con sus otras dos compañeras hace ya más de un año:
· Trato arbitrario a los empleados, en específico regaños injustos por parte de los dueños y otros jefes superiores, así como exigencias exageradas.
· No recibían servicios como el seguro social u otras prestaciones a pesar de que el contrato lo decía.
· La empresa cambia de razón social cada año, con el objeto de que los empleados no generen antigüedad, ni otros servicios que se ganan con el tiempo.
· Hacen lo posible para mantener a los empleados, (no los despiden) con tal de que ellos renuncien y con ello no pagar la liquidación.
· Cuando renunciaron no les pagaron el finiquito.
Este caso no es único, sino que se ejerce regularmente a los empleados de la tienda, desde hace tiempo.
Reflexión:
Los puntos mencionados anteriormente no hacen efectivo el artículo 23 de la Declaración Universal de Derechos Humanos, así como al 123 dela Constitución Política de los Estados Unidos mexicanos. Sin embargo este es un ejemplo que se cometen a varios empleados del país. ¿Cuántas veces no hemos escuchado algo así? El problema sería que los empleados de cualquier sector, se comiencen a “acostumbrar” o a dejar pasar situaciones que atentan contra sus derechos. La ley en este sentido no se aplica, porque la mayoría de los empleados no las denuncia como dijo la señora Lupita “¿para qué denunciar? SI ni siquiera tengo dinero, lo que quiero es conseguir trabajo”…
Finalmente queda a la reflexión, un caso que se puede presentar en la vida diaria.
Tabajo de Campo, Invierno 2009.
Veronica Andrea Escobar Mejía
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